El agua es el líquido vital por excelencia, sin ella, nuestro organismo simplemente colapsaría en todos los sentidos, de una forma rápida.

¿Cuántas veces has ido a un restaurante en donde te preguntan: “¿quiere agua con gas o agua sin gas?”, y te quedas sin saber qué responder, simplemente porque no sabes cuáles son las diferencias entre una y otra? No sufras más, aquí te las vamos a explicar.

Agua sin gas (mineral/natural)

La característica principal del agua mineral es, que al ser sana desde su origen (manantiales, lluvias o nieve), no necesita ni recibe ningún tipo de tratamiento químico ni microbiológico para su consumo. Además, el agua mineral es un producto alimenticio natural con efectos saludables para nuestro organismo, tales como: el aporte de minerales esenciales, la ayuda en el transporte de nutrientes, la eliminación de desechos y el favorecer la digestión.

Agua con gas

El agua con gas es simplemente agua mineral a la que se le añade ácido carbónico disuelto, el cual es el causante de las burbujas gaseosas que contiene. Este ácido lo que hace es estimular la secreción de jugos gástricos por parte del estómago, algo que ayudará bastante a nuestro cuerpo en el momento de mejorar el proceso digestivo, ya que se logra acelerar la asimilación de los alimentos por parte del organismo, mejorando así el efecto que tienen las digestiones pesadas.

Como ves, la diferencia principal entre ambos tipos de aguas, es que una tiene gas, y la otra no. Las dos son igualmente buenas para nuestra salud, así que la decisión es tuya: si te gusta sentir burbujas cuando la tomas, ve por la que tiene gas; de lo contrario, opta por la mineral.

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