
Haz clic con tus clientes
Las personas simpáticas y amables suelen tener mejor trato con los clientes y, por lo tanto, hacen prosperar su negocio rápidamente.
Tú eres la cara de tu negocio y, sobre todo, si se trata de un negocio que ofrece algún producto o servicio, es clave tener una buena actitud. La simpatía da confianza a los clientes y hace que luego quieran regresar. Si esto se te dificulta o quieres mejorar, te presentamos algunos valiosos consejos.
Actitud
El primer paso es ser auténtico y tener una actitud optimista, enérgica y positiva ante la vida. Una sonrisa a algún cliente que esté pasando un mal día, puede afectarle de manera positiva.
Buena presentación
La higiene y el cuidado personal deben ser un aspecto diario a cuidar. Recuerda que eres la cara de tu negocio, por lo que una presencia desaliñada, podría alejar poco a poco a los clientes.
Llámalos por su nombre
Si un cliente es recurrente en tu negocio, puedes empezar por preguntarle su nombre y asociarlo con su rostro. A la hora de volver, siempre valorará que lo recuerdes y que lo saludes como si fuera una persona conocida.
Busca cómo vincularte a ellos
Debes ser observador para buscar intereses comunes, estos se pueden encontrar en sus atuendos, accesorios o formas de vestir. Si no encuentras nada al primer vistazo, escucha de lo que hablan y detecta sus intereses.
Repite sus palabras
Un cliente suele sentirse comprendido cuando de vez en cuando repetimos lo que nos ha dicho con sus mismas palabras. Esto refleja que escuchamos y que entendemos lo que nos han dicho.
Realiza preguntas
Además de satisfacer todas sus dudas, mostrar interés en cada cliente y prestar atención a las respuestas, es muy valorado por ellos. El sentido del humor también juega un papel clave en este aspecto, pero recuerda siempre ser respetuoso.
Cuenta anécdotas
Si el cliente lleva prisa o se ve apurado, omite este punto. Pero si el cliente está dispuesto a “hacer la plática” o a escucharte, siempre es aconsejable contar algo curioso o interesante.
Ofrece alternativas
Si no vendes un producto que un cliente busca, ofrece otro similar que sí tengas en existencia. El objetivo de esto es mostrar que conoces tu negocio y tus productos, así el cliente no se va con las manos vacías.
Evita caer mal
Recuerda que todos los consejos anteriores deben tomarse con moderación, a nadie le caerá bien alguien demasiado chismoso o que hable sin parar. Si algo molesta a algún cliente, haz una retrospectiva y piensa qué pudo haberle molestado. Si el cliente tiene un mal día, simplemente son causas ajenas a nosotros y lo mejor que se puede hacer es evitar comentarios al respecto.
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