A todos nos ha pasado: llegamos del trabajo, cansados, con miles de cosas por hacer y con muy poco tiempo disponible. Todo esto es completamente comprensible, ¡pero que no cunda el pánico! La solución a nuestros problemas se resume a dos palabras: priorizar y organizar.

Ahora bien, sabemos que hacer esto no es cosa fácil, por eso te traemos esta guía, que esperamos te ayude, y que consta de tres fases:

Primero: organización.

Anota en un papel o en algún dispositivo electrónico de tu preferencia, la lista de las cosas que tienes pendientes por hacer y clasifícalas por categorías. Posteriormente, prioriza dichas tareas, es decir, establece qué tarea es más urgente de realizar y cuál puede quedar para después, de esta forma te enfocarás en lo realmente importante.

Segundo: concentración.

Tu área de trabajo debe estar ordenada, todas las distracciones posibles como el celular debes apartarlas y concéntrate en una sola cosa a la vez. Si tienes tu celular cerca, tienes la tentación de responder a los mensajes que te envían, o de explorar las redes sociales. Si tienes papeles y otras cosas regadas por todos lados, tu capacidad de concentración se reducirá.

Tercero: cuidado.

Antes que nada, debes recordar que eres una persona, no un robot, así que pretender abarcar todo al mismo tiempo y sin descansar es un absurdo. Dormir al menos ocho horas al día, tomar pequeños descansos entre cada tarea, levantarte temprano para aprovechar el día, caminar al menos media hora diaria y llevar una dieta saludable, son factores que jugarán a tu favor y te harán ser sumamente productivo.

Y, por último, recuerda que no todos podemos tener la vida que siempre soñamos, pero realmente podemos luchar por ella, porque mientras más nos esforcemos, más cerca estaremos de conseguirla.