
Manual del buen trato al cliente
Hoy en día la gente suele no quedarse callada, por lo que si un cliente entra en tu tienda y recibe un mal trato de tu parte, aparte de no regresar, se va a encargar de comentarles a los demás el pésimo servicio que ofreces.
Si no quieres que esto ocurra, y quieres que termine recomendándote, apréndete muy bien este manual:
- Saluda a tu cliente y hazle sentir valioso. Comienza una conversación con él, pero no lo hagas preguntándole: “¿qué desea?” porque sentirá que sólo lo consideras un cliente más. Trátalo como si fuese un amigo o vecino de tu comunidad.
- Investiga qué es lo que necesita tu cliente. Si tienes, por ejemplo, una cafetería, y tu cliente pidió un Capuccino, ofrécele además algo para acompañar como una galleta o un pastel. Otra opción es disponer de libros o revistas con temática interesante, si se los ofreces a tu cliente, probablemente se quede más tiempo del planeado y consuma más de lo planeado.
- Cállate y escucha a tu cliente. Déjalo hablar y explicarte qué es lo que necesita. Muchos terminan siendo bastante conversadores, así que te recomendamos escuchar sus relatos.
- Ve por los deseos de tu cliente y no por sus necesidades. Por esto es tan importante el punto anterior. Si escuchas a tu cliente atentamente podrás detectar cuáles son sus deseos y lograrás determinar cómo puedes brindárselos. Apela a hacer que se imagine cuán maravilloso será todo en el momento en que lo tenga.
- Conoce bien los productos que ofreces. Es de vital importancia que conozcas a la perfección lo que estás vendiendo u ofreciendo porque si tu cliente te hace una pregunta que no sabes responder, la charla se convertirá en algo realmente bochornoso.
- Honestidad ante todo. Nunca trates de engañar a tu cliente. Muchas personas saben lo que quieren y lo que están buscando, y otras saben detectar cuándo se les miente, así que no intentes pasarte de listo. No sólo es el hecho de que puede descubrirte, sino porque es una conducta completamente anti-ética.
- El cliente siempre tiene la razón. No importa de qué situación se trate, esta regla es básica en todo negocio. En la mayoría de los casos, te resultará fácil relacionarte con tus clientes, pero habrá circunstancias en las que no será así, y para esto te recomendamos realizar una especie de reglamento en donde definas cómo comportarte con clientes problemáticos.
- Amabilidad y agradecimiento en todo momento. Siempre debes dar las gracias a tu cliente, de esta forma se irá con una sonrisa, o al menos estará muy satisfecho con el trato recibido. Recuerda que la mejor publicidad es la que hacen tus propios clientes con otras personas sobre ti y tu negocio.
- Debes estar dispuesto para el servicio. La atención al cliente se basa principalmente en servir. Si te cuesta mucho esto, es mejor que no seas tú quien tenga el trato directo con las personas que entran en la tienda.
- Mantener la comunicación SCOT. Esto quiere decir que, los valores de Seguridad, Claridad, Objetividad y Transparencia siempre deben sobresalir cuando estés atendiendo a un cliente.
Y por último, recuerda siempre sonreír. Puedes alegrar el día de cualquier persona solamente con una sonrisa. ¡Buena actitud!