
Los días en la tiendita
Actualmente estoy por cumplir tres meses como encargada de la tiendita Don Rafa Abarrotero, y en esta ocasión les contaré un poco de los días en la tiendita, de mi rutina, de los clientes, de los problemas y las cosas que más me gustan de ser encargada de la tiendita. Estas son mis impresiones generales.
Comienzo a trabajar de lunes a viernes a las 7 de la mañana, mi turno termina a la 1 de la tarde. Los sábados trabajo de 9 a 1 de la tarde. Mi rutina diaria consiste en revisar el cambio que dejó la encargada del turno vespertino, y si no es suficiente, ir al banco por más cambio, pero siempre trato de tener el suficiente, o de pedirle a los clientes (si son $41, pregunto si traen el peso), ya que este suele ser un problema silencioso…No te das cuenta de que existe hasta que te hace falta, y entonces sí te pones en apuros. Después limpio los enfriadores y refrigeradores, hago la limpieza general y surto los exhibidores que sean necesarios. Después preparo algunos de los sándwiches que vendemos y se mueven muy rápido entre los niños de las escuelas. El acomodo de la bodega es algo que se tiene que hacer siempre para que no quede mucho desorden, en los “ratos muertos”, así le llamo yo a los momentos donde no hay clientes. Realmente siempre estoy activa y rara vez me encuentro sin nada que hacer.
Como nuestra tienda se encuentra muy cerca de dos escuelas y un parque, los días más ajetreados definitivamente son los lunes, ya que las mamás despistadas o apuradas llegan muy temprano a comprar el lunch de sus hijos. Todas las mañanas el flujo de gente es bastante grande, después de la hora de entrada de las escuelas se hace más ligero. Los viernes casi no tenemos clientes después de las 11 de la mañana, sobre todo los últimos de mes, ya que los niños no tienen clases, en estos casos, los días en la tiendita son menos ajetreados.
El trato con clientes es la parte favorita de mi trabajo de los días en la tiendita, muchos de los clientes ya me conocen, platican conmigo y les gusta el trato personal que hay en Don Rafa. A todos los atiendo con una buena actitud, una sonrisa y como a mi me gustaría que me trataran si yo fuera el cliente. A los más frecuentes les he preguntado por qué es que prefieren venir a la tiendita, teniendo a menos de dos cuadras un OXXO, y sus respuestas son muy parecidas: primero que nada, por el surtido que tenemos en Don Rafa, siempre tratamos de tener una gran variedad de productos, segundo, por el trato personal que se les da, y tercero, por los precios, los cuales son mejores que los que puede ofrecer cualquier tienda de conveniencia. También, los clientes se muestran aliviados de que en Don Rafa puedan hacer recargas a su celular, o pagar sus servicios como el Izzi, luz o teléfono; y lo hacen seguido, porque se evitan las filas de los bancos y de paso compran sus productos de primera necesidad.
Cuando un cliente llega a preguntar por un producto que no tenemos en existencia, lo anoto en una libreta especial, le pido una disculpa, le ofrezco una alternativa de producto que sí tenemos en nuestro surtido, y prometo tenerlo para su próxima visita. Así, ha habido clientes que han regresado y al encontrar el producto que les conseguimos, nos colocan como su tienda favorita del rumbo. De esta forma, vale mucho la pena trabajar los días en la tiendita.
Afortunadamente, ningún cliente hasta el momento ha querido abusar o pedirnos fiado, aún con la confianza que existe entre la relación tendero-cliente. La única clienta a la que le fiamos o le permitimos que nos quede a deber que el peso, que los dos pesos, es a doña Martha, una señora que vive a dos edificios de la tiendita. Ella siempre regresa a pagarnos lo que nos debe ya sean cincuenta centavos o veinte pesos, y si no es ella, siempre manda a alguien de su parte para no quedarnos mal. Tenemos órdenes específicas de que ella es la única que puede gozar de estos privilegios, porque se los ha ganado a pulso.
En cuanto al tema de la seguridad, afortunadamente no he tenido ningún percance en el tiempo que llevo trabajando en la tiendita. Lo que sí me he dado cuenta es que el circuito cerrado y la reja de seguridad sí funcionan, ya que cuando se llega a aparecer alguien sospechoso, se fija en las cámaras y piensa dos veces antes de actuar. Algunas otras personas luego me preguntan, como que no quiere la cosa, si sirven las cámaras; yo les digo que sí y se van sin comprar nada, no los vuelvo a ver nunca. Entonces les recomiendo ampliamente tener cámaras, ya que están ahí (como el cambio), nunca sabes cuándo las vas a necesitar, hasta que las necesitas.
En resumen, estoy muy contenta trabajando en los días en la tiendita Don Rafa y espero quedarme mucho tiempo más, porque uno le agarra cariño con los clientes y sobre todo a su trabajo, no hay nada mejor que trabajar en algo que te gusta y saber que lo estás haciendo bien.
*Proyecto Tiendita Abarrotero estará documentando la apertura REAL de una tienda de abarrotes, compartiendo información sobre inversión, gastos, ventas y todo aquello que pueda ayudar a los negocios a abrir o competir dignamente con cadenas comerciales.
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